domingo, 30 de noviembre de 2014

Caricaturas en Vivo

Allá por el año 1971 un sujeto llamado Roberto Gómez Bolaños y

conocido como Chespirito por su afición a la escritura (diminutivo de
Shakespeare pronunciado al estilo Penélope Cruz), inició un
programa de TV que se metería en el corazón de varias generaciones
latinoamericanas.

Se trataba del Chavo del Ocho, la historia de una típica “vecindad”
mexicana, llena de estereotipos reconocibles, caricaturizados y que
recorrían con humor y calidez las diferentes clases sociales del México
de los ’70.

El Chavo, originalmente sólo un sketch del programa Chespirito,
comenzó a nutrirse de los personajes que todos conocemos.
Contextualizada en un barrio pobre de América Latina, la serie tiene
una serie de personajes desarraigados y sin vínculos familiares
fuertes (recordar a Ramón y Doña Florinda viudos y el Chavo como un
niño abandonado) a tal punto que la propia vecindad se constituye en
una suerte de grupo familiar.

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